- ¿No te gusta lo que ves?
- Sí. ¿Por qué preguntas eso?
- Porque siempre estás diciendo que te quieres ir.
- Eso es porque creo que aquí no soy feliz.
- ¿Y crees que allí donde vayas sí que lo serás?
- No lo sé. Pero al menos no me quedaré con las ganas de intentarlo.
- Y, ¿has intentado ser feliz aquí?
- No lo sé. Hay una pieza que no encuentro.
- ¿Y crees que allí la encontrarás? ¿Seguro que no está aquí?
- He buscado mucho.
- A veces, cuando creemos haber perdido las llaves, las acabamos encontrando en el bolsillo del pantalón.
- Ya he buscado en todos mis bolsillos.
- ¿Y?
- Y nada. Seguiré buscando, pues no parece que me vaya a ir de aquí en mucho tiempo.
- Quizá no estás preparada para encontrar la pieza. Quizá la pieza te encuentre a ti.
- Quizá.
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